La Mujer Trans más feliz del mundo.

Ya no tenía caso ocultarlo, a este punto ambas nos mostramos nuestras vergas, y ciertamente la de ella era más grande que la mia, lo cual me dió algo de vergüenza, pues era la primera vez en que le mostraba mis partes intimas a alguien más, y encima a alguien que compartia mis mismos organos sexuales.

- Ays... mi pene es más pequeño. Dije algo nerviosa, aunque ella simplemente la tomo, y mientras acariciaba mi verga, ella me dijo:

- No te preocupes, tienes una verga que supera el promedio, tal vez te mida unos 17cm, y no está nada mal. Diría, mientras con su mano derecha empezaba a masturbar mi verga junto a la suya, por lo que empece a gemir un poco.

Tal vez las katanas de la pared no tenian algún uso, pero de cualquier modo, era como si ella y yo estuvieramos en una lucha de espadas - con nuestros penes, cabe aclarar - y por su puesto, ella resultó la ganadora, diciendo:

- Je, yo gano, ¿estás lista para ser la sumisa la noche de hoy?

- Ah, jaja, claro. Contesté un poco nerviosa mientras me rascaba la cabeza, para que acto eguido, Gabriela se pusiese de rodillas y empezarse a chuparme la pija, no sin antes decirme:

- Bien, si vas a ser la sumisa hoy... primero necesitamos algo de juego previo "mi amor". Y tras esas dulces pero también sensuales palabras, su lengua empezó a lamer mi pito como si fuera un helado, para que poco a poco, sus labios empezasen a succionar mi pene, provocando en mi más de un gemido.

Su lengua era como una serpiente la cual se enrollaba en mi polla, que estaba tan dura como una roca a estas alturas, y trataba por no venirme tan rápido, pues sabía que esa noche perdería finalmente mi virginidad.

Y pese a ello, no pude aguantar, mi verga expulso una buena cantidad de semen en la boca de Gaby, quien con una sonrisa me dijo:

- Jeje, no aguantas nada, aunque no te preocupes, que ahora es mi turno. - Y acto seguido, se puso de pie nuevamente, y me pidió que me agachara, lo cual hice, y vi de par en par su enorme verga frente a mi, era larga, de unos 24 cm, mientras notaba como un par de venas se marcaban en ella. Empece a lamerla con mi lengua como si de un helado se tratase, y poco a poco fui introduciendola en mi boca, y era facil notar lo dura que estaba, además de que me estaba ahogando con ella.