La Mujer Trans más feliz del mundo.

A mi adultes temprana, ya con 20 años, empecé a hormonarme. Ya tenía pechos, aunque algo pequeños, tenía el cabello largo, liso y suelto hasta la cintura (de color negro), llevaba un vestifo negro, y mi estatura de 1,66 me hacía ver muy femenina a los ojos de los demás (solían llamarme Blanca Nueves, por el tono palido de mi piel), aunque aun legalmente seguia siendo un chico.

Sin embargo, como vivia en un pais tercermundista, se me hacía dificil el poder encontrar trabajo, practicamente imposible.

Fue entonces que un amigo de la universidad me recomendó el ir a un hotel, en donde si aceptaban a personas trans, sumado a que podría trabajar de medio tiempo para la universidad. Desde luego acepté la oferta y tras mucho papeleo, me aceptaron, y trabajé allí durante varios meses, y a ojo de los demás hacía un buen trabajo.

La cosa está en que la propietaria del hotel fue un día a supervisar el hotel y ver como era el personal. Era una mujer muy hermosa, medía 1,70, era morenita, y su cabello también era negro aunque algo ondulado. además de llevar un flequillo que le cubría la frente, y un cintillo rojo, además de ir vestida de negro y llevar un shocker en su cuello, pero aunque era un poco más alta que yo, por alguna razón era algo... imponente. Su nombre era Gabriela.

Tenía una gran presencia y labia a la hora de comunicarse, todos le prestaban atención y todos le seguian sus ordenes sin chistar, pues era la jefa de todos nosotros, por encima incluso del gerente, quien se dirigía a ella casi nervioso.

Yo tenía la labor de recepcionista del hotel, en el turno de la mañana, y dado a mis meses de experiencia llamé su atención, pues ella quería ver que tan bien funcionaba el personal de su hotel.

Sería pues, que el gerente del hotel le diría a Gabriela acerca de que yo era trans, y aunque legalmente aun no me había cambiado el nombre, todos allí me trataban como una chica (a menudo llamandome Juanita), y tras ello, Gabriela me miró disimuladamente, dando una pequeña sonrisa, lo cual me puso algo nerviosa.