Una Agradable Sorpresa

—Las dos —dijo sonriéndome—. ¡Vamos!


Así que nos levantamos y nos dirigimos a mi piso. Era un séptimo piso de un barrio muy tranquilo a las afueras de la ciudad. Antes vivía con unos compañeros, pero se fueron a otra ciudad por trabajo, así que llevo unos meses viviendo solo. Teníamos toda la tranquilidad e intimidad que quisiéramos.

Ella se sentó en el sofá chaislonge mientras yo iba a la cocina a servir un par de whiskys con hielo. Cuando volví, se había quitado los botines y se había recostado en el sofá. Le ofrecí la copa y me senté a su lado.

—¡Uf! Qué descanso. —dijo aliviada—. Y qué sofá tan cómodo. Espero que no te haya importado. Estos botines son casi nuevos y me estaban matando.

—Para nada. Ponte todo lo cómoda que quieras. Vivo solo, así que nadie nos molestará.

—Míralo, jugando en casa te envalentonas ¿eh? —dijo pícaramente.

—Me siento mas cómodo, si.

—Brindemos por ello —dijo Elena. Y entonces chocamos los vasos y bebimos un trago—. Ahora que estamos en confianza, —continuó diciendo—en realidad Nati me pidió que te tantease. A ella le cuesta un poco encontrar tíos decentes y a veces me pide que hable con ellos. Como soy muy directa y no me corto, los tanteo en un plis. Algunos intentan ligar conmigo, pero en cuanto les suelto mi secreto salen despavoridos y es cuando se lanzan hacia ella. Normalmente lo hacemos solo cuando ella necesita un polvo rápido. Pero este es un caso diferente. Vamos a divertirnos un poco. Cuéntame con pelos y señales, qué es lo que harías con ella en la cama. Se lo voy a contar todo por el móvil

—Caray.. Si que tenéis un buen plan montado...

—Ni te lo imaginas. Somos amigas desde niñas así que tenemos una compenetración perfecta. Venga, ¿que harías?

—Pues no se... Le cogería del culo y la atraería hacia mí y la besaría. La apretaría contra mí y le besaría el cuello.

—Vale... Eso esta genial. Se lo voy a mandar... —Elena coge el móvil y empieza a escribir—. ¿Qué mas?

—Pues... Me pondría detrás suyo y le sobaría las tetas mientras le beso el cuello. Bajaría una mano en su entrepierna y le acariciaría su coño por encima de sus braguitas.